Three Cards to Midnight se deja ver al fin
IGN publica en exclusiva las primeras imágenes de lo nuevo de Aaron Conners y Chris Jones
# Publicado el por José María Meléndez
Hace escasos días brindábamos alegremente por el esperado regreso al mundo de la aventura de Aaron Conners y Chris Jones, dos personajes que elevaron la calidad y la respetabilidad del género en la década de los 90 con su archiconocida saga Tex Murphy. Sin embargo, tras ver por primera vez en IGN y acto seguido en la web oficial de Three Cards to Midnight las cinco primeras capturas, hemos dejado las copas en la mesa y nos hemos mirado con cara de estupefacción.
Entre las imágenes, encontramos un par de habitaciones dignas de una sofisticada sitcom, una especie de crucigrama con símbolos del zodiaco, un criptograma y una tabla ouija en la que al parecer debemos descrifrar un código secreto. Esperamos ansiosos más imágenes del juego donde especulando podremos encontrar un sudoku, una sopa de letras o las clásicas siete diferencias. También esperamos a que la pareja se decida a editar el juego en soporte físico (inicialmente está destinado a la descarga online) para que como extra incluyan un jarro de agua fría que gozosamente nos tiraremos por encima.
En honor a la verdad, las imágenes no son ninguna sorpresa, ya que los propios creadores prometían un juego con elementos de las aventuras tradicionales y los casual games. Pero una cosa es oírlo y otra verlo con los propios ojos. Así que con las cartas en la mesa y en espera de la demo jugable que caerá sobre este mes, no podemos evitar de lamentarnos de que el regreso de unos excelentísimos artesanos sea a medio gas: aunque no debemos olvidar que el dúo siempre ha sido aficionado a meter minijuegos de este tipo en sus títulos, siempre han tenido bastante más de anecdótico de lo que parecen tener esta vez.
Crucemos los dedos para que tanto Barwood y Falstein con su Mata Hari como Jane Jensen con su Gray Matter dejen a la generación de autores de aventuras de los 90 en buen lugar, antes de ver al plantel completo de diseñadores de la época emulando a viejos rockeros decrépitos en sus regresos a los escenarios treinta años después y quedar con la misma sensación: una mezcla entre pena y desencanto.