Cing se declara en bancarrota
El estudio japonés tiene unas pérdidas de 256 millones de yenes
# Publicado el por Paco García
Los aventureros aficionados a jugar aventuras en su DS pueden considerar el 1 de marzo como un día negro pues, como se pudo leer en diversos medios, la quiebra de uno de los más firmes bastiones del género en la portátil de Nintendo es un hecho. Creadores de éxitos como Another Code y Hotel Dusk, la empresa afincada en la ciudad de Fukuoka fue fundada en 1999 estrenándose en el mundillo lúdico de primer nivel con Glass Rose, una aventura codesarrollada con Capcom, de cuño consolero, que a pesar de sus reclamos para el público nipón supuso un importante fracaso, y aunque se pudo ver en las tiendas europeas, no llegó al mercado estadounidense. Tras ello la empresa se inclinó al fecundo mercado de juegos para móviles hasta que dieron un paso más prudente hacia el mundo de la consola, esta vez de la mano de Nintendo, con el conocido Another Code: Two Memories, que obtuvo un arrollador éxito y que se convirtió en uno de los buques insignia de DS en todo el mundo. Cing persistió en su empeño y el éxito de Another Code fue sucedido por el de Hotel Dusk: Room 215 que obtuvo unas ventas muy suculentas.
Los logros conseguidos sirvieron para que la compañía se confiase y reclamase su propia parcela en mejores terrenos, lanzándose de nuevo a las consolas de sobremesa, pero esta vez con credenciales. Esas credenciales llevaron a la empresa a colaborar en el desarrollo para Wii de Little King’s Story, un juego de estrategia con halos de originalidad que fue muy aplaudido por la crítica, pero que no gozó de la campaña publicitaria (y, por ende, mediática) de sus otros títulos: no lo produjo Nintendo. Tras el experimento, Cing volvió al redil aventurero, avalado de nuevo por Nintendo, para cascarse una flojísima segunda parte de Another Code en la consola de sobremesa de la gran ene, que se saldó con unas ventas ínfimas, especialmente si se comparan con las de su antecesor. Tras el batacazo de su gran apuesta, Cing desarrolló un título menor para Tecmo, Again: Eye of Providence, otra «novela interactiva» para Nintendo DS muy en la línea de Hotel Dusk pero haciendo uso de imágenes reales, en una nueva intentona para reverdecer sus mustios laureles, sin conseguirlo.
Recientemente lanzaron en Japón una secuela de Hotel Dusk, Last Window: Midnight Promise. La trama es independiente de la de el anterior, si bien como es obvio hay no pocos guiños, y está situada un año después de los eventos de su antecesora. Kyle Hyde ha sido despedido, y ha recibido un aviso de desahucio por demolición de los apartamentos Cape West, donde vive. Recibe también una misteriosa carta que le conmina a encontrar la Estrella Roja, que se perdió hace 25 años justo en el mismo edificio, que antes albergaba un hotel. Y acaba por descubrir que todo el asunto está relacionado con la muerte de su padre, ladrón profesional, acaecida mientras ejecutaba un robo precisamente cinco lustros atrás, cuando la Estrella Roja desapareció. Parece que los guionistas de Cing tienen obsesión por los progenitores muertos en circunstancias desconocidas. Dentro del juego existe una novela de título homónimo, Last Window, que va escribiendo Kyle Hyde conforme a las acciones que realicemos (tiene variaciones, pues, imaginamos que mínimas), cuyos capítulos van abriéndose a medida que completemos los del juego y que tiene una longitud muy considerable. Se supone que la idea es que primero terminas el juego y luego te lees la novela resultante: hay que justificar lo de «novela interactiva».
Cing barajaba también la posibilidad de que las sagas Hotel Dusk y Another Code llegaran a un punto en común, donde los respectivos protagonistas, Kyle Hyde y Ashley Robbins, se conocieran, habida cuenta de que ya hay más de una relación entre los universos de ambos títulos. Así lo afirmaron en una entrevista para el portal Cubed3 en septiembre del pasado año.
Veremos si tal cosa llega a producirse, porque Last Window: Midnight Promise se trata, a la vista de las circunstancias, de la última baza de Cing para salir del hoyo: se están llevando a cabo las labores de localización y parece que el juego llegará a Europa hacia finales de año. Y es que aunque «bancarrota» y «cierre» son dos términos comúnmente asociados, no tienen porque ir siempre de la mano, como puede ser el caso. Teniendo en cuenta el cerrado trato entre Cing y Nintendo, si el juego funciona quizás esta última tenga algo que decir al respecto. Y dejando aparte posibles arreglos, en casos similares una reestructuración de la compañía ha servido de balón de oxígeno para sanear cuentas, con lo que aún es pronto para empezar a enterrar a la empresa, aunque ya tengan la fosa cavada.
Y se trata de una fosa profunda, pues 256 millones de yenes es mucho dinero. Concretamente un agujero de 2 millones de euros que no se remendará fácilmente, de la misma manera que no ha aparecido ahí espontáneamente: los continuados fracasos comerciales de la compañía están pasando factura, y es bien cierto que la administración de Cing ha sido cuanto menos rocambolesca si nos fijamos en datos como los del desarrollo de Hotel Dusk, que supuso un año y medio de trabajo con un equipo de 20 personas. Algo que se nos antoja bastante desmedido a la luz de los resultados.